¿Los 6 mejores consejos para ahorrar dinero? Dicen que son... ¿estás de acuerdo?

"Voy a gastar menos este mes". Todos hemos dicho eso al menos una vez en la vida. Pero cambiar los malos hábitos financieros no es fácil. De hecho, la mayoría de nuestras compras impulsivas tienen lugar cuando nuestro cerebro funciona con el piloto automático.

Por ello, las soluciones a estos problemas deben ser completas e incluir estrategias financieras tanto a corto como a largo plazo, que puedan hackear su rutina de derroche. Esto incluye, por ejemplo, transformar su cartera o trabajar en la visualización de su futuro financiero:

1. Vuelve a meter dinero en tu cartera

Las tarjetas de crédito y las aplicaciones móviles son la forma perfecta de evitar perder demasiado tiempo en los pagos. Pero si está tratando de obtener un mayor control sobre sus gastos, necesita involucrar tantos sentidos como sea posible con cada pago. Por ejemplo, prueba a cambiar los pagos electrónicos por los viejos billetes durante un mes. Para muchas personas, manejar y sobre todo entregar billetes físicos les ayuda a ser más conscientes del peso real de una determinada compra en su presupuesto.

Cuando se amortizan 1.500 libras esterlinas de los 15.000 que le quedan al mes después de pagar los gastos esenciales en algún sitio, no es muy diferente a sacar una décima parte del presupuesto que le queda en billetes y entregarlos en la ventanilla. Desde el punto de vista psicológico, llevar siempre encima los billetes más grandes también es una alternativa interesante. La mayoría de la gente se lo pensará dos veces antes de gastar ese billete de dos mil dólares, mientras que saca con mucha más facilidad los billetes de cien coronas. Y si estos trucos psicológicos funcionan en ti, no es mala idea tener siempre un papel con tus 3 principales objetivos financieros entre tus notas.

2. Trazar las pautas (y las trampas) de su comportamiento financiero

Para poder rastrear las circunstancias en las que más a menudo caes en el estado de ánimo de "derrochador", tienes que darte cuenta primero de dos cosas sobre tu relación con el dinero:

(a) Tu estado emocional afecta directamente a tu forma de pensar sobre las compras.

b) Esto hace que el dinero y lo que se compra con él tengan un cierto valor simbólico para ti.

Intenta pensar en la última sensación que te hizo sacar la cartera. ¿Qué necesidades emocionales intenta satisfacer a través del gasto? ¿Intentas conseguir una sensación de logro? ¿O es que gastas para distraerte de la ansiedad?

En segundo lugar, es importante saber qué se está comprando y por qué se está comprando. ¿Es usted una persona que invita regularmente a otros a comer y es conocida por tener siempre lo más nuevo y lo más moderno?

Una vez que llegues a la fase en la que empieces a darte cuenta de cómo tus emociones y desencadenantes simbólicos te dirigen específicamente a gastar, podrás, con un poco de ingenio, detectar a tiempo que probablemente estés a punto de ir a por todas de nuevo a la tienda o al comercio electrónico y ponerle freno a tiempo.

3. No tengas miedo de pulsar el botón de pausa

Las compras espontáneas -incluso las pequeñas, cuando estás aburrido en la cola de la caja- parecen perfectamente inocentes en el momento. Pero pueden acumularse muy rápidamente y, en última instancia, constituir una parte notable de sus ingresos.

Una táctica bastante eficaz para frenar este gasto es concederse lo que se conoce como "período de reflexión de 24 horas" en la mayoría de las compras. Si puedes decir "no" en ese momento (lo que no es precisamente fácil, para ser sinceros, ya que el piloto automático de tu cabeza dice "sí") y convencerte de que no comprarás el artículo hasta mañana, la tentación en la caja o frente a la pantalla del ordenador es mucho más fácil de resistir.

¿Y sabes qué? Al día siguiente, normalmente te olvidarás de todos esos pequeños derroches en artículos innecesarios. O te dices a ti mismo que ya no los quieres. Y si no lo olvida, es probable que sea algo que realmente necesite. Así que deslizas muy bien la impulsividad y la emoción en la ecuación.

4. Ilusionarse con los objetivos futuros

Es fascinante la cantidad de personas que hoy en día viven con la sensación de que, independientemente de cómo sea su futuro, hay poco que puedan hacer de forma realista sobre su situación financiera actual.

La mejor manera de combatir ese pesimismo es incorporar la visualización al establecer objetivos financieros a largo plazo (y también a corto plazo). Una vez que has conseguido reducir los gastos y ahorrar algo de dinero, ¿qué haces con él?

¿Dormirás más tranquilo al pensar que tienes un colchón financiero? ¿Va a sustituir por fin ese electrodoméstico roto? ¿Se embarcará en sus primeras pequeñas inversiones tras varios años de constante dilación? Intenta ponerte en la piel de lo bien que te sentirás cuando empieces a ahorrar más y ganes más libertad financiera.

A veces, la gente tiene problemas para visualizar su jubilación, por ejemplo, basándose en las enormes sumas de dinero sobre las que leen todo el tiempo sobre el ahorro y la inversión. Pero cuando te imaginas dónde te gustaría vivir un día en tu vejez, qué te gustaría ser libre para hacer, y lo feliz que serías con suficiente dinero para el resto de tu vida y los gastos médicos, de repente no es tan difícil hacer que esa gran suma de dinero sea más relevante y personal.

Una vez que puedas "atar" tus emociones a ese objetivo, será mucho más fácil empezar a trabajar activamente para conseguirlo mes a mes.

5. Concierte una cita con su dinero

Una respuesta bastante común a la sensación de incomodidad por los gastos excesivos es ignorar conscientemente todo el problema. Si tienes la misma tendencia, probablemente estés posponiendo el momento en que tienes que mirar tu cuenta bancaria o pagar tus facturas hasta el último momento posible para no tener que enfrentarte a la realidad de tu situación financiera aquí y ahora.

Aunque hoy pueda parecer un alivio, a la larga sólo te estás preparando para otra tanda de ansiedad. Para poder realizar cambios importantes en su comportamiento financiero y poner en marcha el piloto automático de su cerebro sin ningún problema, necesita tener más confianza en el dinero y dedicarle más tiempo.

Por eso es bueno combinar el control regular de tus finanzas con algo que te guste. Pruebe a poner una película, su música favorita, abrir una botella de vino, pedir una buena comida... el objetivo es tanto revisar sus finanzas con regularidad, como empezar a esperar estas comprobaciones y no temerlas.

6. La automatización es su mejor amigo

Una forma muy eficaz de evitar gastos indeseados es dejar la toma de decisiones financieras en manos de la tecnología. No puedes gastar el dinero que no tienes a tu disposición. Así que, además de las facturas habituales, también es una buena idea automatizar la aportación periódica a tus ahorros y objetivos a largo plazo. En otras palabras, paga primero a tu yo del futuro y luego sólo da la oportunidad de pagar a tu yo del presente.

De este modo, puede estar seguro de que su presupuesto se ocupará de sus prioridades a principios de mes. De este modo, la preocupación y la ansiedad por gastar accidentalmente más de lo debido desaparece de nuevo. Por el contrario, acabarás con fondos en tu cuenta o, mejor, en tu cartera que podrás gastar en lo que quieras sin remordimientos. En esencia, no se trata de una revolución en sus finanzas personales, pero el impacto en su psique y sus emociones puede ser profundo.


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