Tal vez no, pero qué pasaría si: en caso de recesión, se abre una brecha de decenas de puntos porcentuales para las acciones estadounidenses
¿Se dirige EE.UU. hacia una recesión? Los economistas no están de acuerdo, por supuesto, pero en las últimas semanas han tendido a buscar un aterrizaje económico suave. Pero la dinámica de algunos indicadores económicos y la pronunciada inversión a largo plazo de la curva de rendimientos de la deuda pública estadounidense desaconsejan un optimismo excesivo. El mercado bursátil estadounidense se ha mantenido razonablemente bien este año a pesar del último retroceso, pero ¿cómo podría sacudirlo una posible recesión?
La historia ofrece muchos ejemplos de recesiones y profundas caídas bursátiles. Por supuesto, la historia nunca se repite exactamente, pero el sentimiento de los inversores en condiciones económicas similares suele ser también muy parecido, al igual que el curso de diversas correcciones de precios y mercados bajistas.
Los máximos históricos del índice S&P 500 tienen ya casi dos años. Desde entonces, el mercado ha registrado hasta ahora un descenso máximo del 27,5%, relativamente modesto para una tendencia bajista. Cuando han estallado recesiones en EE.UU. en el pasado (recordemos que en EE.UU. no se tiene en cuenta la definición de recesión utilizada en Europa como dos descensos trimestrales seguidos del PIB; las recesiones son declaradas en función de múltiples indicadores por el NBER, la Oficina Nacional de Investigación Económica), los descensos de las cotizaciones bursátiles han sido generalmente más profundos. Y de forma significativa.
Gran Depresión: -86
Gran Recesión: -58
Burbuja de Internet (Dot.com): -50
El crack de 1973: -50
Recesión bajo el Presidente Nixon en 1969: -37
Lunes negro de 1987: -36
Pandemia de Covid-19: -35
Las caídas del 50% no eran frecuentes en el pasado, pero se producían. Las caídas superiores al 30% eran entonces bastante comunes. Aunque el presente es, por supuesto, diferente del pasado en muchos aspectos, basándonos en la experiencia del mercado a largo plazo, no se puede descartar que la renta variable estadounidense no haya tocado fondo todavía en la actual tendencia bajista, que se desencadenó con la caída desde el máximo del índice S&P 500 en enero de 2022.
Según el Almanaque bursátil, es muy posible que se produzcan nuevos descensos. Bastaría un pequeño detalle, a saber, que el NBER declarara una recesión. Los tipos son altos, la liquidez del sistema financiero es cada vez menor (la Fed sigue retirando 95.000 millones de dólares al mes del mercado) y la situación geopolítica es bastante tensa. Por cierto, una caída del 50% desde los máximos devolvería al índice S&P 500 aproximadamente al nivel de los 2.400 puntos, los mínimos de la pandemia de flash en los mercados.