3 formas de convertirse en un mejor inversor en dividendos
La inversión en dividendos se considera últimamente la mejor opción en estos tiempos de volatilidad. Es importante tener en cuenta estas 3 formas que asegurarán su condición de mejor inversor de dividendos en comparación con los inversores de dividendos tradicionales.
3 formas sencillas de seguir.
Los inversores que se decantan por los dividendos y construyen deliberadamente una cartera de acciones que pagan dividendos suelen obtener grandes recompensas a largo plazo, recibiendo a menudo un dinero considerable en forma de pensiones mensuales, por ejemplo. El rendimiento de algunas acciones depende únicamente del aumento del precio de la acción, pero los dividendos recompensan esencialmente a los inversores por mantener la acción. Para convertirse en un mejor inversor en dividendos, debe hacer tres cosas.
1. Centrarse en las empresas que aumentan los dividendos
Lo que en gran medida hace que uno tenga éxito como inversor es ver el potencial de las empresas y capitalizarlo en consecuencia. Por encima de todo, hay que tomar decisiones pensando en el futuro y no centrarse únicamente en las métricas del pasado o del presente. La rentabilidad actual de los dividendos de una empresa es importante, pero lo que los inversores en dividendos deberían tener muy en cuenta es su capacidad para aumentar su dividendo anual. Las empresas pueden pagar el mismo dividendo, pero si una aumenta su dividendo un 10% al año, es más atractiva. Algunas empresas que han incrementado sus pagos de dividendos anuales durante al menos 25 años consecutivos entrarán en la lista de aristócratas de los dividendos. Mientras que las empresas que han aumentado sus pagos durante al menos 50 años consecutivos son los Reyes del Dividendo.
Como inversor en dividendos, si se dirige a una de estas empresas, puede estar más seguro de su inversión. Cualquier empresa que haya conseguido convertirse en un aristócrata o rey de los dividendos ha demostrado que puede resistir períodos más amplios de recesión económica y tener el flujo de caja adecuado para recompensar a los accionistas.
2. Centrarse en el pago de dividendos, no en el rendimiento
Es habitual que los inversores se fijen en la rentabilidad de los dividendos de una empresa antes de tomar decisiones de inversión, pero a veces esto puede ser engañoso. Piensa en esto: La rentabilidad de los dividendos se basa en el pago anual de dividendos en relación con el precio de las acciones de una empresa. Si una empresa paga 5 dólares al año en dividendos y el precio de las acciones es de 100 dólares, el rendimiento es del 5%, lo que es muy lucrativo a nivel superficial. Sin embargo, si el precio de las acciones cae a 50 dólares por cualquier motivo, la rentabilidad del dividendo será del 10%. En cualquier caso, un reparto de dividendos del 10% se considera bueno, pero cuando se tiene en cuenta la fuerte caída del precio que llevó a ese rendimiento, se entiende por qué eso en sí mismo no es una buena métrica. Lo mejor sería que considerara la causa de la fuerte caída del precio. En lugar de centrarse estrictamente en la rentabilidad de los dividendos, examine el reparto de dividendos de la empresa para tener una mejor idea de su salud financiera. El ratio de reparto es la parte de los beneficios de una empresa que paga en dividendos.
3. Cuidado con las trampas de los dividendos
Las trampas de los dividendos suelen producirse cuando algo es demasiado bueno para ser cierto. Por ejemplo, las empresas más jóvenes y pequeñas. Los dividendos se pagan con los beneficios de la empresa, por lo que todo el dinero que se paga en dividendos es dinero que no se invierte en la empresa. Para las empresas más pequeñas, el crecimiento suele ocupar un lugar destacado en la lista de prioridades, y si la dirección está dando demasiados beneficios a los accionistas en lugar de reinvertirlos en la empresa, eso podría ser motivo de preocupación. Hay algunas excepciones, como los fondos de inversión inmobili aria (REIT) y las sociedades limitadas (MLP), que tienen una alta rentabilidad por dividendos en su estructura. Pero en general, si la rentabilidad de los dividendos parece cuestionablemente alta, es probable que quiera examinar a fondo la razón. Lo mismo ocurre con la deuda. El coeficiente de endeudamiento de una empresa -que se obtiene dividiendo su deuda total entre el capital social- permite saber qué parte de sus operaciones cotidianas se financia con deuda. Por regla general, cuanto mayor sea la relación entre la deuda y el capital, más riesgo asumirá la empresa. Hay que desconfiar de las empresas con mucha deuda que pagan dividendos. Las empresas financieramente sanas deberían poder pagar dividendos con sus beneficios.
Espero que estos 3 puntos le ayuden a construir una cartera de crecimiento mejor y más resistente. Si te gusta este post, dame un follow para no perderte nada.