ETF de acumulación frente a ETF de distribución. ¡No se equivoque en esta decisión crucial!
Invertir en ETF es muy popular, especialmente entre los inversores minoristas. Pero suele haber trampas, y este caso no es una excepción. En particular, es importante centrarse en un punto que puede afectar fundamentalmente a sus resultados.
La repetición es la madre de la sabiduría, así que primero echemos un vistazo a lo que es un ETF.
Un ETF (Exchange Traded Fund) es un fondo de inversión que se negocia como una acción en una bolsa. Los ETF permiten a los inversores exponerse a una amplia gama de activos, como acciones, bonos, materias primas y otros. Un ETF está diseñado para reflejar el rendimiento de un mercado o sector concreto. Esto significa que cuando invierte en un ETF, está invirtiendo esencialmente en todo el mercado o sector, no sólo en una empresa. Por ejemplo, si invierte en el ETF S&P 500, estará invirtiendo en las 500 mayores empresas estadounidenses.
Un ETF difiere de un fondo de inversión normal en que cotiza en bolsa como una acción. Esto significa que puede comprar y vender ETF en cualquier momento del día. A diferencia de los fondos de inversión, que tienen un único precio al día, el precio de un ETF varía a lo largo del día en función de la oferta y la demanda del mercado.
Los ETF suelen tener costes de entrada y comisiones más bajos que los fondos convencionales. Esto se debe a que los ETF no requieren tanta gestión de activos como los fondos convencionales porque se negocian en bolsa. Además, como los ETF se negocian en bolsa, pueden negociarse más fácilmente y estar al alcance de inversores con menos capital.
Los ETF pueden ser pasivos o activos. Los ETF pasivos siguen un índice de mercado e intentan replicar su rendimiento. Los ETF activos, en cambio, utilizan una gestión activa de los activos e intentan obtener un rendimiento superior a la media.
Otra ventaja de los ETF es que son muy líquidos. Esto significa que pueden comprarse y venderse fácilmente porque tienen una alta negociabilidad bursátil. La liquidez de los ETF se debe a que hay un gran número de compradores y vendedores que quieren negociar estos valores.
Los ETF suelen estar muy diversificados, lo que significa que invierten en un gran número de empresas y activos diferentes. Esto ayuda a reducir el riesgo de la inversión y a mejorar la diversificación de la cartera.
Los ETF también son transparentes porque están obligados a facilitar información sobre sus actividades e inversiones. Esto permite a los inversores seguir la evolución de su inversión y estar al tanto de en qué invierten.
En la actualidad, existe un gran número de ETF que difieren en su enfoque y estilo de inversión. Algunos de los mayores proveedores de ETF son empresas como BlackRock, Vanguard y State Street Global Advisors.
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Y luego lo más importante: los propios ETF pueden ser de acumulación o de distribución. Y cada uno tiene enormes especificidades, ventajas y desventajas. Echémosles un vistazo.
Un ETF de acumulación es un fondo que reinvierte todos los dividendos e ingresos de inversión recibidos en el fondo. Esto significa que el valor de las acciones aumenta, pero no se paga dinero a los inversores en forma de dividendos. Los inversores sólo reciben su parte de los beneficios cuando venden sus acciones.
En cambio, un ETF de distribución paga a sus inversores dividendos periódicos, que se calculan en función de los rendimientos de la inversión del fondo. Estos dividendos pueden pagarse mensual, trimestral o anualmente.
La principal diferencia entre estos dos tipos de ETF es cómo se gestionan los rendimientos de la inversión del fondo. Mientras que un ETF de acumulación reinvierte todos los beneficios y ganancias en el fondo, un ETF de distribución paga dividendos periódicos a los inversores. Esto afecta al importe de la inversión resultante y a su fiscalidad. Un ETF de acumulación es adecuado para los inversores que prefieren hacer crecer el valor de su inversión, mientras que un ETF de distribución es adecuado para los inversores que prefieren el pago regular de dividendos. Todo depende de su situación y estrategia.
Puede resultar difícil comparar los rendimientos de un ETF de distribución con los de un ETF de acumulación. Un ETF de distribución paga todos los dividendos o intereses, mientras que un ETF de acumulación reinvierte estos rendimientos en el fondo, por lo que el inversor se beneficia automáticamente del interés compuesto.
Por lo tanto, está claro a primera vista que un ETF de acumulación crece más rápido que un ETF de distribución, que no reinvierte los beneficios.
E l método más común para garantizar una comparación justa entre los ETF de distribución y los de acumulación consiste en suponer que todas las distribuciones se reinvierten de nuevo en el ETF.
La fiscalidad de los ingresos por dividendos también puede influir a la hora de elegir entre los dos tipos de ETF. Si un inversor recibe un dividendo, debe declararlo en su declaración de la renta y potencialmente pagar un impuesto del 15% sobre el mismo. Por lo tanto, los ETF de acumulación pueden ser más ventajosos para los inversores porque no pagan dividendos, lo que reduce la posible responsabilidad fiscal.
Por no mencionar el papeleo y los pasos adicionales que hay que realizar manualmente al reinvertir los dividendos. Por lo tanto, si sabe que recibir dinero directamente y tal vez acumular ingresos pasivos no es lo más importante para usted, entonces es más beneficioso y sin duda más conveniente elegir la opción de acumulación directa.
Si su objetivo es construir otra fuente de ingresos y como mucho no quiere "alimentar" su bola de nieve, entonces elija una distribución.
Descargo de responsabilidad: Esto no es en absoluto una recomendación de inversión. Invertir en los mercados financieros es arriesgado y cada uno debe invertir en función de sus propias decisiones. Yo sólo soy un aficionado que comparte sus opiniones.